El bosque pintado de Ibarrola.
Tan cerca y aún sin visitarlo. Es la ruta propuesta para el domingo, tras varios días de darle duro, tocaba relax con la de cx por caminos y bosque.
Ruta corta, de unos 90 kms, llena de imprevistos.
Para empezar salgo tarde. Demasiado.
Voy tranquilo, en Lezama me meto por secundarias, y de ahí por caminos.
Luego por una GR se supone… hasta que en un cruce, creo que no tomo el camino adecuado, el barro empieza a incomodar, y la pendiente a hacerlo imposible para la de CX. Eso junto algún árbol caído no me da buena espina. Toca bici al hombro para salvar la pendiente y los árboles. Además la maleza cubre el camino, y las zarzas lo inundan todo. Volver ¿? Me da pereza, y decido continuar.
Aunque la cosa está complicada, y acabo saltando una alambrada, metiéndome por un tramo campo a través, hasta finalmente encontrar una pista que llega a una cabaña, y tras cruzar el terreno, encuentro un puente que me lleva a la carretera. Toda una aventura “de supervivencia” a la vuelta de la esquina. Mucha rabia… pero bueno.
Morga, Gernika, y directo hacia Santimamiñe, donde cogeré la pista de 3 kms hasta el bosque pintado de Oma.
Unos tablones y otra fuerte bajada hacen que vuelva a necesitar portear la bici. Estoy ya cerca!
Al fin en el monte de Oma, raíces, pinocha y fuertes pendiente me hacen dejar la bici apoyada, y andar un rato.
Toca disfrutar y relajarse un rato.
Al final apurando la luz del día… y frío, con los pies mojados de la caminata.
Día light, pero con un buen sabor de boca por visitar un lugar cercano y que tenía pendiente desde hace tiempo.
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