Continuamos por Colorado, 5/10 estado de la TransAm.
Largas rectas y valles que se extienden hasta el horizonte.
Una de las zonas más guapas de la TransAm.
En Walden, el siguiente pueblo de la ruta, paro a comer y a al de poco llega Evan, que también se quedó en Saratoga a dormir. Continuo despacio para que me coja a la salida del pueblo y continuar hablando.
Apenas intercambiamos unas palabras cuando se empieza a incomodar por rodar en parejas debido a la presencia de esporádicas furgonetas (de gran cilindrada), que rugen desde lo lejos.
Cuando me adelanto o me atraso para facilitar el adelantamiento me dice que no me ponga a su rueda! Aún siendo por escasos segundos y alternando entre ponerme delante y detrás de él, y dejando espacio.
Me dice que le deje distancia que no le gusta que vayamos en pareja. Y le doy 100-150 metros parando a mear.
Grandes rectas con cambios de rasante y valles inmensos.
Le mantengo en la distancia hasta Willow Creek Pass. En la bajada la distancia de 200m se vuelve mucho más larga y en algún repecho le pierdo definitivamente de vista.
El terreno es en ligera bajada siguiendo el cauce del río Colorado hasta Kremmling.
Sí, el río Colorado!
El valle se abre, las tormentas amenazan mojarme, pero el único estruendo que oigo es el de un campo de tiro que hay a pie de carretera. Primera y única arma (y disparos) que oiré en EEUU.
Paro a cenar en Kremmling y vuelven los mosquitos. Impresionante la cantidad de insectos… a la salida del pueblo un terreno en pendiente y en obras, varios kilómetros sobre tierra y grava es el festín de los mosquitos tigre y la atención de la mirada de los conductores que en sus rancheras observan atónitos como a una mano trato de salvar la pendiente mientras sacudo los mosquitos de piernas y brazos con la otra.
Parece que el atardecer es la peor hora de mosquitos.
Se hace desesperante tras una larga jornada lidiar con cosas así. El pavimento está rotísimo y sufro por la mecánica de la bici. Pinchar sería muy doloso.
Curiosas las nubes peinadas por el viento y los rayos de sol.
Es el comienzo de la subida a Hossier Pass 11.542feet (3518m), llegando a la presa me alcanza Evan de nuevo. Ahora algo más amable me dice que van por delante Kim y Adrian, que no sabe si se quedará en Silverthorne, o el siguiente pueblo antes de coronar el paso o continuar hasta el siguiente pueblo tras el. Quería seguir de noche, pero tampoco se le veía muy convencido de ello. A mi me da igual. Cuando me canse pararé.
Me dice que quiere hacer vivac y que conoce una cabaña al lado del lago para dormir. Suena bien, aunque no me fío mucho de que con lo poco que lleva pueda/quiera hacer vivac.
Tras los kilómetros de relax del pantano vuelve la tendida subida. Sigue desconfiado de ir en parejas al sentirse incómodo por no ver demasiado y por si tuviese que esquivar algún agujero o algo caernos. Le dejo distancia y que vaya delante. Poco después le veo parado en el arcén a hablar con un coche. No se porqué será. Son unos warmshower que nos ofrecen ducha y suelo para dormir en el siguiente pueblo. Eso me suena mejor que la cabaña y trato de aceptar la invitación ante la rotunda negativa de Evan “no nos está permitida la ayuda externa, no podemos aceptar el quedarnos a dormir con vosotros, lo siento son las normas de la carrera”.
Me duele un poco porque sí que no estoy dispuesto a pagar por un hotel, si no es por necesidad (clima, extrema fatiga o enfermedad), pero sí aceptar la generosidad de quien trata de ayudarnos. Más con la comodidad que supone de alguien que conoce lo que estás haciendo y lo que te motiva a ello. No se hasta que punto “no se puede” aceptar este tipo de ayudas, ya que yo entiendo que se refiere a concertar de antemano ayuda con gente. En este caso era desconocidos y totalmente casual. Lo mismo que nos podíamos encontrar un free-camping o pagar por una noche de hotel. Pero bueno, seguimos adelante. Evan a mayor ritmo se va yendo, hasta que a la entrada de Silverthone le pierdo definitivamente.
Voy cansado y con sueño. Trato de seguir el mapa pero es muy confuso. Voy desorientado y me entretengo demasiado buscando un lugar en la urbe en la que dormir. Me planteo parar en una marquesina de autobús pero es muy expuesto. Finalmente sigo y consigo encontrar la subida a la presa y el carril bici de la ruta.
La noche desorienta mucho.
Me alegra enfilar la ruta de nuevo y continuar. Al de poco encuentro una cabaña y allí voy.
No era la idílica cabaña sobre el lago ya que se trataba de unas letrinas. Pero son grandes, alejadas de la carretera y allí no había nadie. Evan habrá seguido o se habrá quedado en un hotel.
8ºC, dentro se está mejor. Ceno y me preparo para domir. No hace demasiado frío dentro, por la mañana 6ºC dentro y 4ºC fuera con más humedad.
Me levanto animado y antes de que amanezca. Arrastro sueño y no voy 100% cómodo pero avanazo tratando de entrar en calor.
En Breckenrige los primero rayos de sol y como es costumbre paro, en esta ocasión sobre el propio manillar de la bici a descansar la vista unos instantes cuando llega Kim. Me dice que Evan se quedó durmiendo en el Hotel y que Donnacha viene con él, que parará en la siguiente gasolinera a desayunar. Desayuno con el y continuamos puerto Kim, Donnacha (al que le cuesta algo más subir) y yo.
El tramo final tiene algo más de pendiente, y cuesta mantener la conversación. Se nota la falta de oxígeno ya por encima de los 3.000m.
Sorprende que haya tanta vegetación.
Kim sube ligero a mi me cuesta algo más y Donnacha viene por detrás.
En la cima reagrupamos y tomamos una foto de grupo. 11.542 feet 3.518m
Mi techo y el de los tres (al menos en carretera, ya que Kim en la Great Divide dice que pasó por algún punto algo más elevado).
En Alma, el primer pueblo en la bajada, paran a tomar café. Yo llego algo más rezagado ya que soy menos aerodinámico y/o bajo con más precaución. No necesito tomar nada, así que me quito algo de ropa y sigo.
Poco después me cogerían y se irían para adelante.
El día amenaza tormenta. Hace calor y aire de cara. Lo que nos beneficia del descenso se pierde por el aire. Bajamos 2000 metros en poco más de 80 kms.
En Cannon City les encontraría comiendo.
Poco después de mi llegaría Evan, algo sorprendido de verme de nuevo.
Continuamos, yo marcho por delante.
Poco después me cogería Kim con el que rodaría hasta Pueblo, donde nos separaríamos callejeando.
Pueblo es una ciudad grande, pobre y algo destartalada. Habia gente extraña y casi todo cerrado. Ya era algo tarde, quizá.
En un supermercado no tienen nada pre-cocinado ni de interés y paro en la gasolinera de enfrente donde tampoco habría más que dulces y refrescos. Lo importante de la parada a veces no es tanto la comida en sí sino el hecho de parar y descansar un poco. Me tomo unos minutos para mirar los mapas y ver como afrontar la noche. Parece que hay un par de pueblos separados por 30 kms donde poder encontrar cena, mi idea era cenar en el primero y dormir en el siguiente o dos más allá.
Retomo carretera, la salida es casi una autovía a lo largo de 10 kms. Esta cayendo la noche y confío en que el destello de mi luz trasera sea suficiente para advetir al tráfico de mi presencia. El arcén está muy sucio y las bandas sonoras hacen complicado el “saltar” del carril derecho al arcen.
A lo lejos veo lo que parecen ser personas cruzar la calzada. Cuando me acerco percibo el perfil de sus siluetas, son Kim, Evan y Donnacha (que lleva estropeada la luz de atrás). Kim la lleva en la mochila y va de lado, apenas se le ve tampoco. Iban los tres en paralelo ocupando el primer carril y parte del segundo.
Cuando me uno a ellos les pregunto por si habían cenado y que planes tenian para la noche. Parece que no han cenado e iban a parar en Boone, el siguiente pueblo.
Kim y Evan querían seguir en la noche y Donnacha dormir en Olney Spings, 60 kms más allá.
Suena bien. Hasta que se pasan Boone y no paran a cenar. Yo mosca tiro de reservas pero son más de las 22.30 y no se si encontraré algo abierto en Olney, ya que serán más de las 00.00
Pregunto porqué, dicen que no había nada o que iban a seguir hasta Olney. Voy un poco mosca ya que no se si es verdad o no. No me gusta, y me pregunto porque les sigo. Poco a poco se van yendo y a ratos les pierdo en el horizonte.
En Olney Springs, les encuentro en un cruce mirando el mapa y el GPS. Les pregutno cual es el problema ya que la ruta sigue la carretera incansablemente. Estan buscando un hotel. Les pregunto si habrá de cenar y les da igual. Llevan barritas y podrán pasar la noche, me dicen.
Les acompaño al hotel a ver, y resulta que han reservado 3 habitaciones. Yo no se cuando, ni porque no han contado conmigo. Evan muy descarado me dice que yo duermo en la calle, que prefiero hacer vivac. Les pregunto acaso por el precio y me dicen que no miran el precio cuando necesitan algo lo toman y luego pagan.
No les falta razón, no necesito el hotel aunque me sepa mal que “me hayan rechazado”, más me jode quedarme sin cenar!
Me doy una vuelta por el pueblo pensando en que hacer, si dormir un rato o seguir… pero no puedo seguir sin comida. Al menos hay cocacola en la máquina de la gasolinera.
Hay un Pub en el pueblo y allá voy a preguntar si tendrían algo para cenar.
Me calientan una pizza mediana por 8 dólares. A la bebida me invita un señor con traje y sombrero de cuero que estaba jugando al billar.
En el reflejo del bar, tras unas botellas con el casco puesto, como no.
Me aseo un poco en el baño y hablo con un señor en la barra que era de origen mejicano y de padres españoles, algo de español hablaba. Le alegra que sea un luchador y que esté haciendo la TransAm, me desea lo mejor para cruzar el país. Me voy contento del bar, me instalo un rato en el parque a bajar la cena.
A las 2 horas y media sigo. Apenas he dormirdo… se me revuelven los pensamientos entre sabotearles las bicis “sutilmente” o seguir de noche y “huir”. Descanso un rato y sigo. Con un cocacola en la espalda salvando el calor del día y motivado.
En Eads, paro a desayuna y aprovisionarme. Espero unos minutos a que abran el servicio postal para enviar una carta.
Eads es ya pasado el ecuador de la carrera (sobre el km 3.600), y ya he superado “lo peor”.
Un par de pueblos después pasaría de estado sin darme cuenta.
Es lo que tiene las largas rectas de Kansas.
Me tienes enganchado, estoy deseando que publiques los siguientes Estados! Esto es una autentica aventura! Vaya tela con tus compañeros de ruta!
View CommentGracias! Me alegro que sea de interés. A ver si saco tiempo y subo Kansas. El resto de estados son más cortos y menos espectaculares.
View CommentTus relatos son tan impresionantes como la aventura que narras. Enganchadito me tienes 😉
Enhorabuena!
Por cierto, tenías que haber “saboteado” la bici a ese trío de cenizos…
View CommentMuchísimas gracias por compartir tu historia y tomerte el esfuerzo de contarla. Me tienes alucinado y enganchadísimo. Oye, vaya “participantes” más especiales no????
View CommentBueno, lo mejor de cada casa. Jajaja
View CommentGracias. Me lleva bastante curro, pero sarna con gusto no pica.
Otra felicitación más por compartir con todos tu experiencia, tan bien documentada en fotos y texto… no se si algún día me apuntaré a una aventura tan larga, pero desde luego me motiva y mucho a hacer algo más corto como la MGM o PBP :).
View CommentDesde luego, se espera algo más de compañerismo y buen rollo entre gente que está haciendo la misma aventura y que en cualquier momento se puede necesitar apoyo y ánimos,,,, espero que sea cuestión de diferencia con el idioma, si no no se entiende. Me encantan esas fotos que pones de vez en cuando de gente en un bar, o donde te los cruzas, me gusta ver el día a día informal de un país que se me hace muy extraño por el interior.
View CommentLástima que para eso no haya mucho tiempo (y me daba palo hacer fotos a la gente así sin más). Tengo de algún otro aventurero con el que intercambié alguna palabra, pero poco más.
View CommentEs Sr. Evan debe tener algún complejo o problema psicológico porque lo que cuentas es alucinante.
View CommentEl resto del relato genial, como siempre.
Magnífica e interesantísima crónica sobre un reto “de otra galaxia”.
View CommentLa verdad que sí que sorprende esa falta de compañerismo pero, y aunque suene a tópico, no todos los países tienen nuestro carácter amable y abierto.
Un saludo y a por la siguiente entrega.