La evolución de las ruedas de cara a tener un mayor grip y amortiguación parece que viene de
la mano de un mayor balón de cubierta, y por ende anchura de llanta.
Si ya hablaba del efecto bombilla y de la ventaja de utilizar llantas más anchas para absorber
mejor las irregularidades del terreno así como ganar tracción en apoyos en curva, parece que
los fabricantes se van lanzando a este nuevo tipo de producto.
No solo en monte los estándares de cubierta están evolucionando hacia mayores anchos de
cubierta (cada vez más ligeras y exentas ya hace tiempo de cámara). También en carretera
cada vez es más habitual encontrar llantas de 17 y 18mm de ancho interior, perfiles Tubeless-
Ready, y ruedas de carbono con perfil en U y anchuras interiores de 20mm pensadas para
cubiertas de 25mm.
En montaña el aumento de los balones de los casi estandar 2.1” a medidas cada vez más
vistas de 2,5 y hasta 3.0” están haciendo que las ruedas de monte evolucionen a llantas más
anchas. Los perfiles de 21-23mm se están dejando de ver, ya relegados a algunos modelos
ligeros de 29er y la mayoría están tendiendo a ser de 30 y 40mm (aún cuesta encontrar llantas
de 30-40 mm de anchura interior).
Con la entrada de las Fat-Bikes, bicicletas especiales que soportan cubiertas de más de 2,5”,
no solo el cuadro tiene que estar diseñado para el balón. Las llantas son mucho más anchas y
hasta el sistema de radiado que dejan de estar alineados o a tresbolillo para separarse
sustancialmente.
Algunas fat-bikes, destinadas a cubiertas de hasta 5.0”, llevan llantas de 80-85mm de anchura
interior! Perfiles perforados con “radios redundantes”, montados en paralelo sobre los laterales
del perfil. Auténticos tanques todo terreno.
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