A veces es difícil dónde comenzar una historia, cual es el momento de origen. En este caso supongo que la Trascontinental comienza el 29 de Julio en Geraardsbergen a las 22.00 o al menos en ese momento más de 200 ciclistas tomamos parte de una carrera de 3.800 kms a través de Europa.
Pero antes de llegar a este intenso momento, donde revisando las fotos se ve la mirada profunda de todos los participantes y la de preocupación de familiares y amigos, hay muchos meses de preparación; en mi caso unos 8 meses, donde he comenzado a entrenar y mejorar físicamente (es gratificante ver como se avanza y como el trabajo va dando sus frutos). Además, esta preparación incluye; la ruta, la equipación y el material que se va a llevar (del que espero publicar otro post, para ver donde se puede seguir ahorrando material), y en menor medida la estrategia (en mi caso sólo tenía bien pensados los dos primeros días).
Es importante mantenerse concentrado. Gestionar el viaje hasta Geraardsbergen, e intentar llegar lo más descansado y en mejor condición posible es otra cosa a tener en cuenta, ya que no es fácil. Por suerte, voy desde Reino Unido, voy en bus para no arriesgarme a facturar la bici, cruzo el eurotúnel (se pasa en tren, pensaba que era una autopista), y me tomo casi dos días para descansar del viaje y aclimatarme.
El propio día de la salida, es de incertidumbre, se palpa en el ambiente el nerviosismo entre los corredores que nos vamos arremolinando en torno a la salid. Tener que hacer el “check-in” unas 8 horas antes de salir, no ayuda a gestionar esas horas.
Antes del “breafing” me encontraría con el resto de españoles que correrían la TCR, con lo que almorcé y comentamos material y sensaciones.
Fotos de la salida de Filip Gosselé
https://www.flickr.com/photos/gossele/sets/72157671764798965/
Obsesionado con descansar y dormir, puesto que en 10 días sería lo que más echaría de menos cayeron un par de siestas a media mañana y a media tarde.
Conforme se acerca el momento de la salida la sensación de agobio aumenta. No conozco la carrera, ni la mayoría del recorrido pero se lo que toca y da vértigo pensar que toca hacer 380kms al día los próximos 10 días.
Por suerte, ceno acompañado, no del resto de españoles ni con otros corredores sino de algunos amigos belgas que se han acercado a saludar y a ver la salida. Me hace mucha ilusión ver 3 años después caras conocidas, antiguos compañeros de rutas “Galápagos Team” y Uri de “retto”.
Una pena que sea época estival y Bruselas estuviese un poco muerta, sino me hubiese gustado encontrarme allí con más gente en pettite comité.
Casi con prisas, llegó el momento.
Foto de Filip Gossele
3.734 kms y 48.000 m por delante los próximos 9 días 22 horas y 51 min
Tras un pequeño rodeo por Geraardsbergen toca la subida a Kapelmuur. No se porqué pensaba que aún era el primer paso, y/o que la salida sería desde arriba. Cuando nada más pasar la iglesia veo que el grupo se estira. Iba relajado pensando en la estrategia, luchando con el GPS, pensando en la ruta… en que tocará confiar plenamente en mi track (no queda otra).
En momento pánico, no lo dudo mucho y arranco fuerte por el empedrado del Muur. El grupo se ha estirando mucho los de adelante han abierto hueco. No me parece razonable este esfuerzo a 240h vista… pero no puedo dejar que la cabeza se vaya (al menos eso es lo que me pide el corazón). Aún así no abuso, pese a que el corazón se ponga a mil por hora. Quizá por la rabia de no haber estado atento, el desahogo de tensión, las ganas de bicicleta.
Foto de Filip Gossele
Corono despidiéndome a duras penas de mis amigos que me observan en las orillas de la carretera como tantos otros que se han acercado a ver el espectáculo randonneur. El ambiente es inmejorable.
Foto de Filip Gossele
Nada más coronar hay una pequeña bajada que me conozco bien por lo que ni toco el freno y sigo recuperando plazas. A la salida a la carretera, muchos andan con dudas, alguno gira a la derecha la mayoría vamos a la izquierda, alguno que se queda a mirar el GPS o a esperar a algún compañero. Primeros momentos de kaos.
Tengo claro que hay que seguir, que será una noche muy larga.
Mi estrategia es seguir hasta el Punto de Control 1 (CP 1). Hay 640kms y encajan bien con hacerlos en 24h. De ser así podría incluso subir al Col de Ceyssay y avanzar un poco más, pero la previsión del tiempo es algo de lluvia de madrugada y viento de sur-oeste (lo normal en el norte de Francia) de unos 15-20kms/h, por lo que mi objetivo es llegar en 26h, para las 00.00 e iniciar la subida al Col de Ceyssat para hacer noche allí sobre la 1 de la mañana.
La salida es rápida y sigo remontando posiciones a un ritmo constante, sin cebarme en dar caza a nadie. Cada vez andamos más desperdigados.
El comienzo es bonito, con muchos ciclistas en la carretera, que van tomando diferentes rutas, por lo que en cada cruce es un ir y venir de ciclistas. Referencias que va y vienen.
Continuas referencias luminosas en la lejanía.
Algunos coches acompañan la comitiva.
Rodaré sobre 32kms/h de media las primeras 3-4h, luego el terreno empieza a ser más quebrado y la media bajar junto con la legada de las primeras paradas.
En la noche primer error de navegación, ando con problemas en el gps que no se apaga la retroiluminación al de 15seg, la he desactivado para que me aguante la batería sin problemas toda noche antes de poder cargarla con la dinamo (que no da para luz y corriente). Ya en Francia, en una de las muchas rotondas en la variante de Quesnoy me voy más al oeste. Cuando me doy cuenta y busco una carretera para volver al track lo más rápido sin perder mucho hago como 4 kms más y un tiempo mirando el GPS metiendo y quitando zoom tratando de ver la mejo opción.
Sobre las 3 y media de la mañana me quedo sin agua y eso que llevo casi 2.5L. Voy mirando en las plazas y las iglesias, así como en los cementerios (punto habitual de agua en Francia donde a veces parece que se preocupan más por los muertos que por los vivos), pero nada. Empezamos bien, pienso. Al de poco en un chalet veo que están de fiesta y no me lo pienso mucho para llamar al timbre con dos bidones en la mano. No oyen el timbre, pero la puerta está abierta, allá que voy. No es América, no saldrá nadie con un rifle, pienso con una cierta sorna acordándome de la TransAm. Entro a la cocina y sale el chaval al cargo de la casa bastante sorprendido junto a su novia que vienen de la piscina. Tras una pequeña discusión y un rato de charla, nos hacemos un selfie y a seguir camino (por el rato pasaron dos ciclistas) lo que me sirvió de excusa para salir escopetado. El tiempo vuela, más estando parado.
Le llevo como 1 min 30 seg por delante. Voy tomando tiempos para entretenerme. Hasta que un pueblo casi 1h más tarde pararía en una fuente. Yo voy servido.
Al alba, me empieza a entrar el sueño y siendo más por rutina que por otra cosa, decido tumbarme 10 min en una parada de autobús. Estas siestas son las más ricas, mi intención es quitarme los primeros rayos de sol, el momento más duro para mi y hacer un mix entre parar tras muchas horas y gestionar el ritmo de sueño (si es que se puede).
Este tipo decisiones son complicadas. Valorar entre fatiga, cansancio muscular, sueño, pereza o falta de concentración. Siempre tratando de evitar perder tiempo.
Nada más tumbarme el sonido del cassete de un ciclista que pasa, el pulso que sube.
1min antes de que suene la alarma, otro corredor que pasa. Porqué! Aún me quedaban unos segundo, suspiro y al lío. Ya no duermo más.
Me ha venido bien el parón, aunque sea para relajar las piernas y volver a concentrarme. Mantener un ritmo vivo y seguir empujando.
Se que no voy el primero (hay más corredores) pero estoy contento porque mi ritmo es bueno. Se que no soy rápido y menos en estas distancias, pero mi carrera no es a un día (ni debería de ser la de nadie).
La luz del día permite ver el campo lleno de colinas, quebrado, con molinos, sembrados y pequeños bosques.
Es entretenido y pese a no ser muy recto ni llano, la sensación de avanzar ayuda.
Ahora, mirando el plano y el recorrido de los rivales, se ven generales más llanas y que resultan ser más rápidas pese a tener más kilómetros. A veces es complicado elegir la mejor ruta, elegir entre (seguridad/tranquilidad/belleza) o (velocidad/aburrimiento/tráfico), suelen ir en ese combinado.
Ante todo hay que disfrutar del camino.
Primeras boulangerie, algún supermercado, algún bar en el que repostar agua. Resulta bastante árido el terreno, muy pocos pueblos y muy pequeños. Carreteras tranquilas.
Atravieso la campiña francesa, Champagne con sus viñedos.
Ver la furgoneta de la organización anima.
El día se hace largo y es que son muchas horas ya. Pasado el medio día me voy encontrando con más corredores, a los que los paso con entusiasmo. Entre ellos Josh Ibbett en un pequeño repecho donde le vería poner pie a tierra. Por lo visto allí mismo dijo adiós.
Es agradable y estimulante ir encontrándose con corredores, te mantiene “despierto” y el nivel de adrenalina alto.
La tarde se hace larga, pero ver que voy entre los 10 primeros (primer objetivo de la carrera) anima.
Mi idea era llegar en torno al 10 al CP1 e ir ganando alguna posición par acabar en torno al Top5 (no es ningún secreto), esperando tener más resistencia y cometer menos fallos.
Ceno en Moulins, preciosa ciudad por cierto. Una pizza que me sirvirían en 5min, una gozada, lo justo para lavarme la cara y preparar las cosa para la noche. Me como la mitad y me llevo un trozo para luego.
Nada más salir me encuentro con otro corredor (80 – Nelson Trees), callejeamos juntos, y nada más salir voy abriendo hueco con la propia inercia del rodar. Me sorprende porque es más alto y parece que tendría que rodar mejor con la planta que tiene). Largas rectas, el trecho hasta Clermon-Ferrand que se me haría muy largo.
Además de largo frente a mi tendría una gran tormenta que me acompañaría y mantendría entretenido contando segundos, mirando como evoluciona y pensando si me mojaría o no mientras cae la noche, y los últimos rayos de sol iluminan una gran masa oscura que no deja de escupir rayos.
En cuanto me doy cuenta estoy rodando de noche y sobre suelo mojado por una carretera bastante general, donde me rocían de agua pulverizada los camiones al pasar.
La lógica pide parar. Bjorn Lenhard allí yace en una parada de bus. Es muy tentador, pero “aún pronto” dentro de un “estricto” horario.
No hago más que pensar que los de adelante se tienen que estar mojando. Mi esperanza es ver si libro ya que parece que la tormenta va hacia el este, y ya está pasando. Mientras se pueda sobrellevar el agua seguiré. Y continuo, siempre al límite de lo tolerable (sin llegar a ponerme el chubasquero, más por la pereza de parar que por la necesidad de el). Los pies mojados, el suelo a tramos muy encharcado, pero la lluvia en ningún momento es intensa así que se lleva bien. No anima mucho, pero la temperatura es alta. Así que “hay que seguir”.
Clermon-Ferrand aún a 40kms, las distancias a veces parecen que se hacen más largas.
Antes tocará Riom, luego un tramo de autovía antes de entrar en Clermon, ya con ganas de llegar. Psicológicamente muy duro pensar en “llegar”, cuando aún queda mucho.
Llego al CP1 en 7º posición, apenas unos minutos antes de la media noche. Creía que cerraban el control a media noche (aunque parece que eso no va con los primeros). Así que no suponía un corte, ni esperar hasta las 6 de la mañana para poder sellar.
Con la mente cansada y fatiga tras 640kms y 16.800 kcal consumidas… cojo una habitación para lavar y secar la ropa. En el hotel pese a clavarte bien no son nada amables. No tienen periódicos para secar los zapatos, ni cena, ni nada para comer.
Llevaba el trozo de pizza, que ceno por segunda vez antes de acostarme, tras casi 1 hora entre lavar y poner a secar todo (con ayuda del secador).
Día 1: 645kms 4860m 16.800kcal
Me quedaría dormido! No me desperté a las 5.30 como pensaba para salir a las 6.00 sino pasadas las 7.15! Primer drama! No me sabe del todo mal, porque necesitaba el descanso y en parte amortizar el hotel así que trato de mantener la calma. Desayuno una lata de arroz y alguna barrita y me pongo a subir el Col de Ceyssat.
Con algo de rabia pero las piernas pesadas comienzo la subida. Con las prisas ni he rellenado los bidones! Drama en Francia! Por suerte en una de las plazas hay una fuente en la que coger agua.
En ese momento me pasa otro corredor que poco a poco se va yendo carretera arriba.
Me sigue costando coger ritmo en la subida y en principio en las subidas es donde se harían las diferencias. Quiero creer que aún no he cogido ritmo y me doy un poco de margen hasta “calentar”.
El tramo final lo subo con más gracia. Sin datos del potenciómetro cuesta valorar este tipo de cosas. Me da rabia tenerlo y no poder utilizar.
La bajada es rápida y en agua. Duraría hasta Riom donde pararía a desayunar “en condiciones”. Otra boulangeri, más cruasanes. De 4 en 4, uno para el momento y el resto para los bolsillos. Aunque me comería el segundo nada más arrancar.
A partir de aquí mantengo buen ritmo y prácticamente hago la mañana sin paradas.
Adelanto a Neil, que me sacaba más de 1h de ventaja y me volvería a coger más adelante en un Choralles cuando desespero para que en un bar me pongan algo de comer. Menos mal que tenían carta de bocadillos ya que por lo visto no me hacen (quizá por ser sábado). Se supone que me iban a poner un plato de croquetas, al final fue un sándwich de jamón y queso! Por el cual tuve que esperar más de 40 min!! Una vergüenza! Y eso que hablando con otros clientes, pudieron entenderse mejor que yo con la camarera y meterla presión explicándole que estaba de carrera.
Desesperé un rato y me comí ya el sándwich por el camino.
Parado no se descansa lo suficiente, es “innecesario”, tiempo que hay que tratar de evitar en este tipo de prueba. Hay que procurar aprovechar las paradas para dormir que es como de verdad se descansa y regenera el cuerpo.
Continuo con cierta rabia de nuevo por sumar 30 min perdidos a lo que debería haber sido una parada de 10-15min.
Mi objetivo para hoy es llegar a Berna. Sobre el papel sería para llegar a la 1.30, pero con las 2 horas de retraso y estos 30min… mi nuevo objetivo es llegar para las 4. Todo lo que sea antes genial pero no es objetivo.
Sigo a buen ritmo sin ninguna parada.
Ni para lavarse los dientes.
Ni para descansar los pies.
En Chalon-sur-Saone, no acabo de encontrar el Mc-Donals que anunciaban por lo que paso la ciudad de largo.
En mi ruta dirección Suiza atravieso un pequeño macizo coronado por un vello pueblo en el alto. Chateu-Cahlón
No hace justicia a lo bonita que es la carretera “colgada” de la ladera.
Empiezo a tener hambre y sigo sin encontrar un restaurnate. En mi ruta tenía un par de variantes para salvar unos metros de desnivel pero en Mantrond donde pensaba cenar, no hay nada abierto. Un par de restaurantes parecen abandonados. Toca seguir y mirando el mapa no parece que haya nada más en muchos kilómetros así que fuerzo un desvío a Campagnole (perdiendo los metros que había ganado y haciendo unos 4-5 kms más).
Como regalo me encontraría un Mc Donals. Comida rápida y fácil de llevar, con cierta variedad para elegir. Me cojo 1 menú y 3 hamburguesas, que acabarían siendo 4 y una ración extra de patatas (dos serían para llevar). Los camareros flipan un rato conmigo. 40€ de cena, a gusto.
Continuo ya de noche camino a Berna. La noche es fría 13ºC y bajando, me paro a poner perneras y chaleco. Hay que evitar cualquier riesgo de lesión y una tendinitis no es buena compañía.
A las 4 llego a Barna, noche muy húmeda. Me quedo en el hall de una empresa (el lunes es festivo en Suiza), así que pienso que no es mala opción pero nada más asentarme se encienden las luces. Nadie aparece pero veo que hay cámaras. Por lo que pienso que alguien las ha encendido y no ha sido un temporizador o sensor de movimiento. Me traslado al parking que está al lado, con cubierta y protegido por un muro. Al de un buen rato se encienden otras luces auxiliares del parking, ya me da igual si quiere venir el de seguridad que se moleste en acercarse y hablar.
Día 2: 472 kms 4.520m 9.800 kcal
A las 6.00 me despierto, apenas 2 horas de sueño a lo que he reducido las 4.5h que tenía pensado hacer cada noche (a posteriori creo que fue una mala opción “forzar las paradas” o recortar las horas de sueño para recuperar terreno perdido). A las 6.30 estoy rodando tras comerme la segunda hamburguesa para desayuna. Mañana fresca, ciudad muerta, la cruzo sin apenas ver un alma.
Pese a ser festivo me encuentro un ultramarinos abierto. Así que supone parada casi obligada. La obsesión de hoy es no quedarme sin comida. Hago acopio de plátanos, un par de manzanas y chocolate, barritas aún llevo. Sigo dirección al CP2, disfrutando de las vistas de Interlaken.
Ahora no se muy bien porque, antes de acceder al CP2 me meto por una carretera secundaria que acaba siendo de tierra unos 3-4 kms antes de retomar la carretera. Pienso que si el track me mete por ahí es porque la general está prohibida, pero no parece ser así. ¿error? No lo se. Es lo que tiene autogestionarse la ruta y la incertidumbre de no conocer las carreteras. No tengo forma de saber si el track lo hice por ahí por evitar un tramo prohibido o por pensar que era más rápido (salvar kms o metros de desnivel).
Hay que seguir meticulosamente el track, ya que es todo lo que sé y todo lo que tengo, aunque esté atento a la carretera por si hay algún extra en forma de prohibición o de indicación para ciclistas.
Antes de llegar al hotel del CP2 llamo para reservar un picknick, y pedir un bocadillo de tortilla francesa, tengo antojo.
Al llegar, tras sellar la “brevet card”, pregunto por mi picknik a los del hotel. Me tenían preparado una especie de desayuno, con leche, melón y bollos. De los que di buena cuenta. Así como una tortilla! Que pedí que me envolvieran para llevar. Lo mejor de todo es que me cobraron super poco.
Aprendida la lección de aye: si se puede, llamar para reservar la comida y ganar tiempo.
Salir con la tripa llena por las duras rampas del Groβe Scheideg y con lluvia no es del todo grato. No acabo de encontrar el golpe de pedal y la subida se me hace muy dura. Me da la sensación de ir sin cadencia y de llevar las piernas agarrotadas, las rampas andarán sobre el 12% de media, con tramos al 15-17% fácilmente. No quiero perder tiempo pero me veo vacío de fuerzas.
Tengo que parar un par de veces a oxigenar las piernas. Me resulta complicado asimilar porque no ando fino… pero es lo que hay (recortar dos horas y pico de sueño y descanso no es gratis).
Las nubes coartan las vistas que por lo que se ve tienen que ser impresionantes.
La bajada es estrecha y botosa, con el suelo mojado y una línea de autobuses subiendo y bajando (parece increíble que quepa un autobús por allí), bajo con bastante tensión que se va a cumulando en los brazos y manos que no dejan de apretar el freno.
En el cruce con la general una gasolinera me sirve de refugio para descansar. No es tanto por comer algo (que también aprovecharía) sino para tumbarme 20 min y desconectar. Necesito recuperarme.
Grimsel Pass es muy largo, tiene algún tramo duro pero lo normal es que ande sobre le 5-6% y a ratos descansillos.
No acabo de encontrar el golpe de pedal ya que no acabo de ir cómodo, necesito para un par de veces. Creo que es de los momentos más duros de la carrera. Verme sin fuerzas, rodando a velocidades muy bajas durante mucho tiempo, por debajo de lo que debería ser.
Conforme se va ganando altura, pese a que la pendiente sea incluso mayor voy recuperando el ánimo. Las vistas mejoran y todo parece volver a rodar. Habré perdido en torno a hora y media en estos dos pasos respecto a lo que sería normal. Tampoco me ha cogido nadie, así que supongo que los kilómetros nos están pasando factura a todos.
Nada más coronar un fuerte viento que dificulta trazar las primeras herraduras. Cuesta mantener la concentración (seguir adelante) frente a semejantes paisajes.
Es tiempo de hacer fotos y ponerse nostálgico recordando como en 2011 descendí por el Furkapass.
El Furkapass es mucho más constante y se me hace más llevadero. No voy del todo fino pero subo a gusto.
En la cima coincido con una pareja de alforjeros con los que intercambio unas palabras mientras me abrigo para la bajada y nos hacemos unas fotos.
La bajada es eterna. Da hasta vértigo ver como se continua descendiendo curva tras curva en algunos tramos con bastante pendiente (quizá también con viento a favor).
Me cuesta imaginar como lo subí en su día con las alforjas y lluvia el tramo final.
Camino de Andermatt me volvería a encontrar flojo, pero esta vez entumecido por el frío de la bajada algo extraño ya que voy bien protegido con guantes largos, buff, pañuelo en la cabeza, chubasquero y la temperatura tampoco es tan baja. Es media tarde y quiero pensar que necesito repostar.
Es un poco pronto para cenar, para poder usar la cena y evitarme la puesta de sol. Pero es el último pueblo grande en muchos kilómetros y un italiano llama a la puerta de mi estómago hambriento de pasta.
Pasta y cerveza. Me entra mejor la cerveza que la pasta, que parece no acabar de asentar. Me tomo casi una hora para comer. No se porqué me da la sensación de no estar asimilando la comida, así que tomarse un tiempo para reposar me parece sensato. Se hace duro, tener la sensación de ir vacío de comer y no acabar de recuperar. No llega a ser una pájara como tal, pero desde luego que no es tan bonito como decir que me tomo un gel y los músculos recobran su energía.
Pese a acabar la cena con mala sensación ya que he cenado forzando a comer… quiero pensar que en breve empezaré a recobrar energía. Mientras tanto sigo cuesta arriba, camino de Oberal Pass (cerrado de noche por obras, ando en el límite del horario). Me entretengo contando los metros horas que asciendo. Pienso que debería hacer 600-650 VAM, ando por 550-600, por lo que no está del todo mal.
Arriba, un faro con luz roja ilumina sobre un alargado lago flanqueado por montañas.
Un sitio cuanto menos peculiar, más a estas horas de la noche.
Me vuelvo a abrigar bien y continúo cuesta abajo.
Tras unos 10 kms de fuerte bajada la carretera continua siempre picando para abajo al menos los siguientes 60 kms! Así que ha disfrutar. Lastima que de noche este tipo de cosas se amortice menos, al perder referencias y no poder rodar igual de rápido que de día.
En Ilnz haré noche pasadas las 12 y media de la noche.
Día 3: 236 kms 4.610m 7.500 kcal
Duermo en el porche de un supermercado. Junto a unas mesas a modo de terraza, creo que de una cafetería. Pese a desvelarme con la visita de un par de repartidores de madrugada, descanso bien. No hace frío ni hay mucha humedad (me preocupaba un poco al ser un valle y tener un río al lado). Duermo hasta las 5.
Antes de que amanezca ya estoy en la bici (5.45), abrigado (quizá más de la cuenta) en espera de que con el aire y la ropa húmeda por el sudor del día anterior me hagan quedarme frío. La salida es en ligera subida por lo que se rueda a gusto.
Las vistas son bonitas pese a no estar entre grandes picos. Esas quedan un poco más lejos, detrás de la primera línea de montañas.
La carretera es una variante por el otro lado del valle de la general, ya que esta presenta varios túneles “prohibidos” por lo que no se puede pasar en bicicleta, por lo que tener que andar pasando por los pueblo y remontando la general no me convence. Más metros acumulados y algún kilómetro extra. Por aquí salvo la incógnita del estado de la carretera (al final presentaría un tramo en obras y algo roto), es mejor opción ya que es simplemente seguirla y disfrutar de las magníficas vistas.
Etapa de transición en busca de los Dolomitas. Mi intención es hacer noche en Alleghe CP-3
Pero antes de eso tendría que subir Abula Pass, más de 30 kms de subida. Unos 1100m de desnivel en 17kms, o 920m en los últimos 13.
El comienzo es quebrado, remontando un valle, con sus descansillos. En los ultimos 9 solo hay un descanso claro a la altura de un lago. En general es bastante constante en torno al 8%-9%. Para mi desarrollo (34×32) es el límite de pendiente para llevar una cadencia cómoda y poder jugar con las diferentes coronas. Más de eso toca apretar el culo o disminuir la cadencia lo que al final acaba suponiendo desgaste.
Por suerte, en el tramo más duro me encuentro con un cicloturista que me serviría de referencia para mantener el ritmo. A veces forzando un poco de más, se me hizo rápida la parte final.
Acabaría subiendo los últimos 13kms al 7% a 740m/h. y 128ppm (máxima de 140ppm y 143 en 1kms al 14% de media previo al comienzo del tramo final!) Nada mal llevando lo que llevo.
Es un puerto bonito, como tantos otros de alpes acompañado de las vías de un tren cremallera. La parte final se hace larga, ya que ves el collado unos 3 kms más arriba y la “recta” desmoraliza un poco. Por suerte no es muy dura y se puede hacer disfrutando.
El collado es una especie de altiplano con un par de kilómetros prácticamente llanos antes de comenzar el descenso. Con las prisas por no perderle le vista y pensando que en la bajada incluso le podría echar mano, me pongo el chubasquero pero se me olvida cerrar la bolsa del sillín! Por suerte me daría cuenta en la primera herradura y no perdería nada.
La bajada es muy rápida, llegando a coger 80kms/h. la bici se lanza y cuesta parar entre curva y curva. Unos 6kms al 9%.
Luego continuaría 20kms valle abajo dirección Zernez donde pararía a comer y me encontraría con Björn Lenhard
Ovn y Ofenenpass por delante, seguiría el buen ritmo del día, sin ir tan fino como hasta entonces, rondaría los 650m/h.
A la bajada una parada a descansar 5 min y donde me pasaría Neil y Björn. Poco después.
El perfil continua descendente hasta Merano. Prácticamente 100 kms siempre picando para abajo.
Conforme se desciende por el valle la temperatra aumenta, ya cerca de Merano los 18ºC se convierten en 32ºC la sensación es de bochorno.
A unos 35 kms de Merano, en el primero de varios túneles con señal de prohibición para bicicletas me encontraría de nuevo con Neil (que no le conocía hasta el momento). Un poco más adelante iba Björn, que atravesó el túnel. Tocará tomar varios rodeos por la carretera antigua que atraviesa las comarcas para evitar atravesar los túneles. Un poco lioso a veces. Yo al menos, salvo con el último no contaba con que estuviesen prohibidos.
La densidad de tráfico de la general es insufrible, con camiones y sin arcen.
El tramo final además está directamente prohibido para bicicletas por lo que toca coger un desvío y entrar a Merano por un carril bici.
Me pregunto cuantos participantes en la carrera lo habrán cogido, cuantos se habrán saltado uno, varios o todos los túneles de la “strada stelvio”. Cuanto tiempo habrá de diferencia y de sanción si es que la hay.
Por si acaso, informo públicamente de las prohibiciones y de la existencia del carril bici como aparentemente única alternativa (al menos en el tramo final) para acceder a Merano, y que al menos no pierdan tiempo buscando alternativas o comprobando si la carretera es o no permitida.
De Merano a Bolzano otro tramo llano, por una carretera más secundaria y prácticementa llana.
Bolzano me suena de haber estado, pero salvo una parte cerca del río, todo me resulta nuevo para mi.
Aquí me desviaré al norte, en busca de La marmolada y el Paso Val Gardena. Tratando de ahorrar algún metro de desnivel o carreteras muy sinuosas y secundarias.
La salida hacia Val Gardena vuelve a ser una vía para autos, por lo que toca seguir un carril bici con algun tramo de tierra incluido.
En Babiano abandono la vía para comenzar a subir Val Gardena: 1500m en 35kms de subida.
Pasado un primer tramo duro, en Ullrich paro a cenar. Dos pizzas y un plato de pasta. No podría con la segunda pizza que me meto como puedo en la mochila para tener para luego (aunque aún así no podría con toda).
La noche no es muy fría y aunque aún me queda tirada hasta Alleghe, confío en llegar para las 2 de la mañana o 2.30 y poder retomar a las 6-6.30 con energías la subida al Paso Giau.
El Passo Gardena no me resulta duro, se hace facil y ya desde aquí tampoco tiene mucho desnivel (unos 650m). La luz de la dinamo “marea” un poco con el movimiento del manillar. Un vaivén que no ayuda a mantener la cordura, por lo que la sustituyo por la frontal. No lo había probado nunca (ni había percibido este fenómeno), pero me resulta más cómodo.
De noche se rueda más despacio, se incrementan las paradas por sueño, molestias, frío, cansancio. En general son más “pesadilla” que otra cosa. Es difícil valorar cuanto se gana yendo despacio o descansando mejor y recuperarlo al día siguiente. Creo que sería intereante poder medirlo. Tener una cifra de vatios, de kms/h de VAM, de pulso incluso, que te haga sabaer que es momento de parar.
En el collado de Gardena, 9C, descanso otros 10min para asegurar la bajada.
Luego Campolongo, más longo que campo. No es muy duro, tampoco muy largo pero hay ganas de llegar arriba y afrontar la larga bajada a Allieghe. Creo que voy en hora y hay ganas de descansar.
Bajando, el track me lleva por una variante más al oeste, donde se suponía mejor. Pero un cartel de carretera cortada me hace detenerme a mirar alternativa. Al de un poco otro cartel informa de una carretera como alternativa. Es una carretera entre caseríos. Aparece en el GPS y no parece muy mala. Salen más kms pero ya que estoy aquí, no quiero deshacer los 500m de bajada que ya he hecho. Ya podía. La carretera, vuelve a la general por la que iba y una par de kms más adelante un túnel en obras y completamente vallado impediría el paso.
No se puede pasar ni bordear. No hay alternativa. Tras cagarme en todo retomo el rumbo de vuelta, y vuelvo por la carretera más directa pese a tener dudas de si también estaría cortada o no. Al final 15kms y 380m de propina. 1h perdida.
Son prácticamente a las 3 y media de la mañana y sigo dando vueltas, pasado el desvío antes de acabar de descender a Alleghe, atravesando un pinar y notar la sequedad y calor del mismo, me paro en una casa de madera destinada a las herramientas de labor. No es el mejor sitio pero está apartado de la carretera, tiene techo y parece bastante seco. No quiero llegar de día a Alleghe y encontrarme con la humedad del lago y el rocío.
Programo 2 horas de sueño y sigo restándome horas de sueño.
Mañana sí o sí dormiré 4.5h
Pufff!!! qué bueno!!! me encanta leer estas experiencias!
View CommentEres un pasote, Carlos. Enhorabuena
View CommentDe tus experiencias en los viajes aprendo yo para msi brevets, planteo entrenamientos de 200 y 300 km con paradas cortas, lo que pienso hacer lo hago lo primero, comer, coger agua, mirar un ruidito extraño, etc, y luego estirar las piernas, procuro no estar más de 10 minutos por parada y si hay que pedir comida ya no controlo el tiempo, depende de la rapidez en el servicio. Las estaciones de servicio son mejores que los bares, más rápidos si solo es agua y si tienen comida rápida o sandwiches preparados mejor.
View Comment.
Una brevet no es una carrera. Se puede hacer para acabar y disfrutar de la compañía y las paradas. Aquí se va sólo y toca ‘apretar’.
Gracias por comentar y ánimo. Pasados los 200k el resto son de cabeza
View CommentHola, Carlos! leyéndote casi me entra una pájara pensando lo que tiene que haber sido esas subidas con toda la paliza encima. me entran ganas de animarte según voy leyendo. increíble aventura aunque sea en bici y por carretera, creo que la aventura de superar tus límites y adentrarte en ese territorio desconocido es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida (y por lo que veo a ti te tiene enganchado!)
un saludo!
View CommentHola Carlos. Me alegro un montón de tu reto conseguido, y con esa soltura que muestras en tu relato que te hace sentir el esfuerzo que has tenido que hacer para lograr ese meritorio tercer puesto. Espero que sigas en tus futuros proyectos demostrando esa gran humanidad que tienes y sabes transmitir. Un abrazo
View CommentGracias Javi!
View CommentY con pepino de rueda dinamo.. 828grs la rueda! Aguantó como una campeona. 🙂
¡Muy buena esta primera parte!
View CommentDe todos modos (tal vez ya lo habrías comentado en algún post anterior pero no lo he econtrado) ¿cómo funciona exactamente esta prueba?, ¿el recorrido lo eliges tú o te lo facilita la organización?. Lo cierto es que tu crónica me ha despertado mucha curiosidad.
Un saludo crack.
Hola Samuel,
Pues no, solo 4 puntos de control (sectores en realidad) que son obligatorios, el resto es por donde se quiera siempre y cuando esté permitido para las bicis. No valen autovías ni algunos túneles en Alpes.
Es algo que da más aliciente a la prueba y que psicológicamente condiciona. Sobre todo cuando cometes errores de navegación o tu ruta no resulta ser tan sencilla como habías planeado.
En Macedonia me tocará una carretera con tramos de tierra. 😉
View CommentEs una delicia leerte, y soñar con esta aventura. La incertidumbre con la ruta, el agua, la comida, el tiempo perdido por distintas razones, el recorte diario en el necesario tiempo de descanso. Los rivales.
View CommentEs descomunal, intentando vagamente imaginarlo.
Toda la admiración y respeto, es una hazaña con mayúsculas, el mero hecho de terminar, al alcance de muy pocos.