Con su peculiar bandera y el oso negro nos da la bienvenida Montana.
Hay hambre, y en el primer restaurante para a desayunar. Hay otro viajero que también lleva bikepacking y una mochila. Estaba desayunando y me pregunta si estoy en la carrera y que tal voy. Kim me saca unas dos horas, le pasó subiendo Lolo Pass.
Desayuno aquello que no sea hamburguesa, rollo huevos, ensalada y puré de patata.
Hasta el cruce con Missoula es todo para abajo, siguiendo el cauce del rio, que va creciendo poco a poco. Se rueda genial. Tras la agonia de subir Lolo y tras desayunar, ver el cuenta a 38-40 kms anima.
En Lolo vuelvo a parar a comer, llevo los depósitos bajos y cualquier ocasión de meter comida al cuerpo hay que aprovecharla.
A partir de aquí hay un carril segregado que se agradece ya que la nacional es de doble carril tiene mucha densidad de tráfico.
Se va remontando el valle Bitteroot, el cual en su día fue un lago glacial, y posteriormente un lago con casi 300m de profundidad. Este valle es uno de los pocos en las Rocosas que va de Este a Oeste, ya que casi todos tienen una dirección Norte-Sur u oblícua.
En Bitteroot, vivian unos nativos (Flathead) con una cultura algo diferente al resto de indios (más religiosa), tenían relaciones comerciales con los Crow, Sioux y Blacfeet (pies negros).
Los primeros colones en descender por el valle fueron una vez más Lewis y Clark (el 1 de mayo de 1805), intentaron desdencer por el Salmon River, aunque lo descartaron por las turbulentas aguas.
Lewis y Clark escribieron en su diario a cerca del valle “había reunidos cerca de 30 asentamientos, con 80 personas cada uno (unos 400 indios) y más de 500 caballos. Estos Indios estaban bien vestidos con camisas y túnicas de cuero, y tenían una luz especial. El jefe de la tribu se quedó hasta muy tarde despierto con nosotros y fumó de nuestra pipa que pareció dejarle satisfecho”
Satisfecho no voy sin conexión a internet ni línea en el teléfono, por lo que paro en Hamilton en un Varizone (importante compañía telefónica) a ver si puedo conseguir una tarjeta SIM o un telefono barato con el que conectarme a Internet, ya que me cuesta mucho encontrar sitios con wifi (a parte del tiempo que pierdo buscando conexión).
Sin embargo tras un buen rato, y pocas ganas de venderme nada, me dicen que vaya a la competencia, ya que para un mes, parece que no les interesa venderme una tarjeta prepago asociada a un terminal.
El tiempo amenaza tormenta, desde el medio día que está el cielo de un gris raro.
Me cae alguna gota pero libro.
En Sula la gasolinera está cerrada! Siguiente punto donde poder comer algo, un camping al comienzo de la subida de Lost Trail Pass (tiene ese nombre, porque tuvieron problemas con la ruta india que cruzaba por el mismo lugar).
El camping está algo apartado de la carretera y cerrado. Estaba el dueño, pero solo me ofrece algo de agua de unos caños.
Ya sin más que un par de chocolatinas, sigo puerto arriba con la esperanza de encontrar algún puesto en la cima.
Coronaría pasadas las 22h, ya de noche. Poco después se curza la Great Divide! La primera vez en la TransAm que se cruza. Por delante (aguas abajo) el atlántico. Aunque se retomaría la vertiente Pacífica en más de 5 o 6 ocasiones.
Hasta Wisdom, el siguiente pueblo en la hoja de ruta, 35 kms más.
Llegué a las 23.55 y encontré un bar abierto. Estaban cerrando. Pedí por favor que me dieran algo de comer ya que hasta Dillon (110kms), solo había un pequeño pueblo (Jackson con 38 habitantes) y hasta la mañana no podría encontrar nada de comer.
Había un par que estaban un poco tajados, pero la camarera me sacó una pizza 4 quesos y la dueña una lata cerveza.
Lo que era un triangulo… acabó siendo lo que dejé y porque me enteré de que era la cena de la chavala. Ya que había mucha hambre!
Conforme les iba contando mis aventuras y las millas/día que llevaba insistian en que siguiese comiendo pizza. Dejé el triangulo de la vergüenza.
El gordito creo que era el novio de la camarera. Un encanto todos, me salvaron la noche.
Sin pensármelo mucho más y viendo que la noche iba a ser fresca, en cuanto se marcharon me planté allí mismo, en la terraza de madera del edificio de al lado que estaba aún en construcción. Vivaquee con bastante ropa, ya que la temperatura andaba por debajo de los 10C
A las 6 de la mañana arriba camino de Jackson y del deseado desayuno aunque a las 8, aún no había nada abierto. El hotel y el único bar del pueblo aún estaban cerrados. Otro alforjero merodeaba el bar con la misma intención, sin prisa se quedaría a que abriera mientras recogía la tienda y los trastos.
Big Hole por delante… un inmenso valle ya en el corazón de las Rocosas.
Rodando a unos 1.800m y con collados a 2200m. Largas rectas, montañas al alrededor y pocos o ningún pueblo a la vista.
Kilómetros para disfrutar de la montaña y las llanuras a casi 2.000m de altitud.
Cerca de Dillon me encontré en la cuneta marcas de rodada de bicicleta. Algo “raro” ya que si tienes un problema o lo arreglas, o llamas para que te vengan a buscar, pero ir andando… lo más curioso es que llevaba pedales automáticos, por lo que era bici de carretera. Pensé que sería alguno de la carrera que habría tenido que empujar para llegar a Dillón. No había demasiado. Unos 3 kms de subida 15 de bajada y 10 llanos… aunque duro si te toca hacerlo andando.
Creo que fue Kim quien rajo la cubierta y tuvo que empujar la bici. Aunque no me lo acabó de aclarar cuando le pregunté.
En Dillon algo de almuerzo y un tórrido valle camino del último puerto antes de llegar a la subida camino a Yellowston.
Allí me encontré con esta pareja que viajaba en tandem, haciendo la TransAm en 100 días, luchaban por una enfermedad rara. Me dieron una hoja explicativa que llevé con gusto hasta que las tormentas de Missuri me destruyeron la hoja.
Dicho valle se acaba cerrando en un pequeño acantilado y un arroyo a la vera de Virginia City. Uno de los pueblos mineros más famosos del oeste.
Allí se encontró un montón de oro. Alder Gulch (pueblo abandonado al sur de Virginia City) fue considero el mayor depósito de oro jamás descubierto. Se sacaron 2,5 millones de onzas de oro lo que equivale a 40 Billones de dolares (como curiosidad 127 millones se emplearon para financiar Harvard, in Cambridge), y unos cuantos terratientes se hicieron ricos.
El oro salía de la tierra por unos acuíferos combinado con vetas de cuarzo. Los geólogos esperaban encontrar la veta de oro de donde procediera el mineral diseminado en el río. Aunque múltiples prospecciones nunca dieron con dicha veta.
Trabajaban unos 80-100 mineros (personas que contrataban a peones). Los peones cobraban 5-8$ al día (en 1865), y había más de 10.000 personas en el valle.
De aquí surgió Nicolas Carey un terrateniente de Denver que invirtió el dinero ganado en la mina, junto al capital de David O’Brien para realizar un correo Express que posteriormente se convertiría en un ferrocarril mercantil hasta la costa este (Salt Lake City), y finalmente hasta Corine (en la costa del pacífico) uniendo ambas costas en tren, pasando por Virignia City.
Alder Gulch se acabó cerrando para trasladarse a Virginia City. Había varios carteles con información histórica, aunque no me detuve en demasiado a leerlos ni quedarme con los datos, y no recuerdo porqué (una riada o algún incendio…) . Pensaba que en Internet se encontraría más fácil la información.
Continuo por Nevada City, lleno de cabañas a los alrededores de la villa de antiguos mineros, alguna quizá de la época (150 años tampoco son tantos).
Los restos de las minas son constantes durante 6-7 kms.
Y Virgina City (ya un pueblo bastante gránde y típico de las pelis de vaqueros.
Me molo “lo real” que parecía. Me imaginaba encontrar algo mal restaurado o con muchos cliches.
Coronado el puerto, las vistas al valle Ennis son brutales.
Típicas vistas americanas, con un inmenso valle, montañas y pinos salteados.
En Ennis, aunque es algo pronto, recobro energías y comida. Hasta Yellostown aún ahi tirada y probablemente llegue muy entrada la noche o pare antes.
Nada más salir del pueblo me crucé con un cicloviajero que no solo llevaba recorrida gran parte de la TransAm, sino que tenía intención de cerrar una ruta circular al rededor del país. Su tarjeta también la perdería con la lluvia.
El rio Yellostown , que ha horadado el valle, es el segundo más largo de Montana.
Remontando el valle camino del Parque Nacional (el primero de USA fundado en 1872 y la primera reserva natural del mundo), se pueden ver el nivel de sustratos que ha dejado el río, perfectamente planas hay como 2 capas separadas uno 30 metros de altura (el terraplen de la izquierda de la foto).
Cae la noche y aún queda lejos Yellowston (unos 50 kms).
Continuo remontando el río hasta el Lago Quake donde una serie de toboganes acabarían por minar mis piernas.
Antes de llegar al Lago EarthQueake se pasa por una fuerte torrentera. Esta es una presa natural aguas abajo de la presa del lago, que se creó a consecuencia del terremoto (de 1959). Además de matar a 28 personas, creó conmoción por la inestable nueva presa creada por las rocas, que amenazaban con romperse y anegar el valle.
Pasado este repecho se llega a la presa Hedgen (1919), que “sobrevivió” al terremoto.
Ya buscando lugar de acampada, tras pasar un pueblo muy habitado en la misma presa, y otro un poco después, encontraría en una curva sobre el lago una terraza de un bar, junto a la carretera, donde quedarme a dormir.
Tengo frío, aunque es más por la sensación térmica y la humedad del lago que por la temperatura en sí 13C.
Cambiado de ropa se está mejor y duermo bien por unas horas. A las 5.30 de la mañana me cuesta levantarme, aunque veo pasar a Evan (creo) suave suave por la carretera, lo que me hace recoger rápidamente y salir en su busca (no coincidiría con el hasta por la tarde)
Pasado West Yellostone, está la frontera con el Parque Natural y nada más entrar límite de Montana con Wyoming.
Cada vez más interesante, Carlos,,,,, qué auténtico se ve todo, y qué gozada poderlo disfrutar en la bici que aún se queda uno con más detalles. Me encanta esa foto con la última hora de luz y las sombras parece que vas sobre una bicicleta gigante.
View CommentVaya aventuras que te marcas, Carlos, qué coraje tienes. Preciosos paisajes. Dónde iría yo sin hablar inglés. Te envidio. Ten cuidado, amigo.
View CommentVaya aventuras que te marcas, Carlos. Dónde iría yo con mi decena de palabras en inglés. Preciosas praderas en los alrededores de las Rocosas. Entiendo a los que habitaban esas tierras y fueron echados a la fuerza.
View Comment¿No pensaste en echar un vistazo por si queda algo de oro por allí?
Cuídate, amigo.
WOW Carlos….
Cada vez es mayor la admiración que tengo hacia ti. Soy completamente sincero en esto.
En cada una de tus aventuras te visualizo de una forma distinta y tu imagen cambia por completo en cada narrativa. Unas veces veo un explorador moderno, otras veces un aventurero salido de un libro de Julio Verne… Esta vez te veo como un “vaquero español montado en su caballo de acero” cabalgando por las tierras de norte América.
Por cada kilometro recorrido que narras, miles de preguntas surgen en mi cabeza cada vez que leo tus aventuras. Aparte de que narras el suceso y la historia de esos lugares majestuosos que recorres, me pregunto el ¿cómo?
¿Cómo sobrevive Carlos?
¿Cómo hace para recuperar fuerzas y poder continuar?
¿Cómo puede, físicamente, soportar tantos kilómetros, las condiciones del clima y los terrenos difíciles que recorre?
¿Cómo maneja sus pensamientos en medio de una aparente soledad?
¿Cómo lleva un entrenamiento físico y mental para superarse a si mismo en cada aventura?
¿Cómo Carlos, la persona, motiva a Carlos, el ciclista… el hombre, a continuar hacia adelante?
Amén de miles de escritos y libros de auto-motivación que podamos leer o conocer en términos teóricos y suenan muy “lindo” y “perfecto”, la gran mayoría de ellos casi nunca las ponemos en práctica. Solo cuando lo leo en la realidad, al menos en la realidad de otra persona, TU, sencillamente me pregunto… ¿Cómo?
No es que desee saber ese todo. Prefiero dejarme llevar por tus escritos y tratar de entenderlos desde el punto de vista de mis pequeñas experiencias, las cuales no se acercan ni se comparan en nada, y sorprenderme cada vez mas de cómo rompes los limites de la aventura en y desde tu bicicleta. Ver en mi mente esa “película” de tus aventuras y tratar de sentir el clima, el viento, los olores, las textura del camino, el cansancio, las quejas del cuerpo… y hasta cierto punto los sonidos del viaje.
Como decimos aquí en Puerto Rico… “No es el caballo… es el jinete”
Eres TU Carlos. Tu eres ese ¿Cómo?
Y no importa cuantos detalles técnicos podamos conocer de tu bicicleta… ese “caballo de “acero”…”, existe un aventurero que de alguna forma o manera vive su vida cotidiana como cualquier otro y aun así tiene tiempo para transformarse y vivir una aventura REAL en cualquier lugar y tiempo. Un “aventurero” que no recibe nada de los que le leemos y de todas formas brinda el todo de sus vivencias.
Una vez mas te deseo el mayor de los éxitos y mas que nada buena salud siempre para que los puedas lograr. Un gran abrazo hermano.
Gracias por compartir.
Gracias por ser.
View CommentGracias por tus hermosas palabras.
La verdad es que no hay secretos. Solo práctica y vivencias. Ya he pasado por situaciones similares antes y aprendido algo de cada una (lo que no te mata te hace más fuerte).
Descansar en la cuenta, aprovechar el máximo tiempo sobre la bici y disfrutar de la bici (esto es clave para “llegar fresco” como llegamos Jesse Carlson y Yo (primero y segundo de la carrera)).
Motivarse… Con música, con pequeñas recompensas del camino y sobretodo no obsesionándose con ellas. Disfrutar de cada milla del camino porque es distinta.
En algunos momentos, me costaría más, como en lanfurura Kansas con rectas kilometricas (hasta 108kms) donde lo físico recobra importancia frente ‘lo espiritual’, y la aventura se convierte en carrera más pura y en reto físico.
Encantado de tenerte como seguidor. Ojalá hubiese muchos más como tu, que valoren lo que hago y como soy.
Un abrazo.
View CommentCarlos
Hola Carlos,
Increíble aventura, porque de carrera tiene poco, una pregunta ¿el asfalto es tan malo como aparece en las fotos?.
Por cierto te seguía todos los días desde el trabajo, hasta que se te apagó el gps, pensé que te habias retirado. Hasta que ví un hilo en rodadas.net, del que iban informando.
Un saludo y enhorabuena por esa aventura.
View CommentHola Manolin,
View CommentNo eran muy malas aunque sí que había alguna rugosa y otras (en colorado y Kansas) con unas juntas en resalte horrorosas cada 10m que hacían insufrible dar pedales.
No pinché ni una vez así que tan malas no serían.
Gracias por seguirme.
Un saludo,
Carlos
Qué pasada Carlos, realmente estás hecho de otra pasta, qué resistencia fisica, es impresionante. Gracias por compartir esta experiencia tan brutal, por tus fotos y tus crónicas, los que te seguimos parece casi casi como si lo viviéramos, vamos, que me duelen las piernas con sólo leerlo 🙂
Besos
View CommentGracias a vosotros por seguirme y comentar. Dais ánimos para seguir contando y mejorar las crónicas si cabe (o intentarlo), que son muchas horas las que lleva el blog, y no siempre son fáciles de gestionar aunque lo haga con gusto.
Es mi particular diario. 🙂
View CommentEskerrikasko zure bizipenak horrela elkarbatzeagatik, oso gustora irakurtzen ditut !!!, sinestezina dira km kopuru hoiek
View CommentCarlos, simplemente impresionante !!!
No se trata sólo de dar pedales durante muchas horas, en nuestra sociedad más local todo esta bajo control con un nivel de cobertura social, seguridad y garantía enorme.
Tu opción es gestionar la incertidumbre en condiciones de agotamiento extremo, triple salto mortal sin red…algo parecido a la experiencia de aquellos pioneros que empezaron a construir lo que es hoy en día ese país que has cruzado milla a milla.
Con el objetivo de ser autónomo al máximo en los tramos entre poblaciones se me ocurre que la bici te tiene que dar todas las garantías, no le puede pasar nada, pero aún así tendrás que llevar un kit de reparación de averías que llevas, verdad?
Además supongo que cargar las baterías siempre será un handicap a resolver cada 24 horas, aún llevando batería portátil: ciclocomputador, gps, luz, smartphone,…
El abastecimiento de agua lo tendrás que garantizar también.
Y por último, la higiene personal para no tener problemas de forúnculos, rozaduras y demás, cuando se para a dormir en una cuneta no será fácil.
Y todo esto en condiciones climáticas favorables, ya que cuando no lo son prefiero ni pensar…
zorionak !!!!
View CommentGracias Jon,
Claro! Eso es ‘lo divertido’ y lo que hace diferente a este tipo de carreras. No sólo es dar pedales y tener condición fisica, también hay que gestionar ese tipo de cosas.
Problema eléctrico no tuve. No use un enchufe en toda la carrera, ni un Hotel. Siempre autónomo con la dinamo (entre otras cosas por eso le he probado de continuo casi un año antes de la carrera).
La bici la monté desde 0 y salvo algo grave como romper una biela o la horquilla, se que puedo reparar para seguir dando pedales.
A ver si estamos en Septiembre.
Wyoming también me llevará que tiene fotos guapas.
View CommentAdemás de todo lo dicho, nos regalas un espectáculo visual en cada entrada.
Queda patente que el año extra de preparación ha sido bien aprovechado, tanto para seguir acumulando kilometraje y fuerza/resistencia para poder mantener medias altas durante largos periodos cuando es necesario, como para conocer el material y sobre todo conocerte a tí mismo en todo un rango de situaciones, con las que ir conformando un arsenal de soluciones para afrontar los imprevistos. Y sin dejar de disfrutar cada minuto. Magistral, sí señor.
Gracias Carlos !
View CommentParece una buena valoración. La verdad es que estoy contento del año extra de madurez y de haber hecho antes las Mil Millas de Vitoria. Aquí he mantenido el ritmo, yendo a mi bola y siendo más de 4 veces la distancia, que se dice pronto. 🙂
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